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Resistencia bacteriana: una amenaza para la salud pública

En muchos hogares es una práctica común utilizar antibióticos de forma indiscriminada para combatir diversos malestares y síntomas. Sin embargo, lejos de proporcionar bienestar, el uso recurrente de este tipo de medicamentos sin supervisión médica puede generar un efecto adverso a largo plazo: la resistencia bacteriana.

La resistencia bacteriana es un fenómeno tan relevante para la salud pública que ya existen estrategias por parte de Estados y organismos internacionales para combatirla. En Colombia, por ejemplo, existe un Plan Estratégico Nacional de Respuesta a la Resistencia a los Antimicrobianos, que es una iniciativa que surgió como respuesta al  Plan de Acción Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos, liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pero, ¿qué es exactamente la resistencia bacteriana  y por qué es tan grave para la salud pública?

¿Qué son las bacterias?

Las bacterias son microorganismos unicelulares, que se encuentran en casi todas partes. Son indispensables dentro del funcionamiento de los ecosistemas pudiendo sobrevivir incluso, en condiciones extremas de presión y temperatura.

Se pueden clasificar por su apariencia o forma. Las bacterias denominadas cocos presentan una forma esférica, los bacilos tienen forma de bastón y las espiroquetas que son como espirales o hélices.

También se pueden clasificar en dos grupos dependiendo de su capacidad de sobrevivencia pues algunas requieren de oxígeno para vivir y otras no.

¿Qué es la resistencia bacteriana?

La resistencia a los microbianos, que es lo que comúnmente conocemos como resistencia bacteriana, se refiere a la capacidad de los microorganismos para desarrollar inmunidad ante un agente antimicrobiano. Dicho de otra forma, significa que una bacteria, parásito, virus u hongo ya no puede ser eliminado tan fácilmente por un medicamento que anteriormente sí funcionaba.

El hecho de que un microorganismo se vuelva cada vez más fuerte ante una sustancia antimicrobiana representa un peligro para la salud, porque si los medicamentos se vuelven ineficaces para tratar enfermedades de origen bacteriano disminuyen las opciones de tratamientos disponibles para los pacientes que lo necesiten. Además, dichas enfermedades podrían propagarse rápidamente, generando una crisis de salud pública.

Antibióticos

Los antibióticos son sustancias químicas que destruyen los microorganismos, en especial a las bacterias. Son medicamentos que combaten las infecciones de origen bacteriano y funcionan aniquilando las bacterias o dificultándoles su crecimiento y reproducción.

Existen diferentes tipos de antibióticos y cada uno de ellos será eficaz sólo contra ciertos tipos de bacterias. Para utilizar el antibiótico correcto es necesario aplicar pruebas clínicas que permitan precisar el tipo de infección y poder atacarla con el medicamento correspondiente. La prueba de sensibilidad a los antibióticos ayuda a decidir cuál antibiótico será el más eficaz para tratar cada tipo de infección.

Esas pruebas son conocidas con diferentes nombres como: prueba de susceptibilidad a los antibióticos, prueba de sensibilidad, prueba de susceptibilidad a los antimicrobianos pero el nombre más comúnmente utilizado es Cultivo:

Tipos de cultivo

  • Cultivos de sangre: Se toma una muestra de sangre de una vena del brazo se extrae un poco de sangre y se coloca en un tubo de ensayo o frasco.
  • Cultivos de orina: Se entrega en un laboratorio clínico una muestra de orina dentro de un recipiente estéril.
  • Cultivos de una herida: Se usa un hisopo especial para obtener una muestra del tejido superficial de la herida.
  • Cultivo de esputo: el paciente debe expectorar o escupir en un recipiente especialmente destinado para ello o se puede obtener una muestra directamente de la nariz usando un hisopo especial.
  • Cultivo de garganta: la muestra se consigue insertando un hisopo especial en la parte trasera de la boca, tocando la garganta y las amígdalas.

Estas pruebas también pueden servir para encontrar tratamientos efectivos contra infecciones que hacen resistencia a los antibióticos. Esta resistencia ocurre cuando los antibióticos conocidos o convencionales se vuelven poco eficaces o ineficaces contra un cierto tipo de bacterias.  Y lo que es peor, también pueden hacer que algunas enfermedades consideradas fáciles de combatir se conviertan en enfermedades graves e incluso lleguen a ser mortales.

Ahora bien, las pruebas de sensibilidad a los antibióticos se usan para determinar los adecuados tratamientos contra las infecciones bacterianas pero también se pueden usar para averiguar qué tratamiento dará mejor resultado contra ciertas infecciones por hongos.

Estas pruebas deben aplicarse cuando hay una infección que se ha demostrado que es resistente a los antibióticos o es difícil de tratar de otra manera, como la tuberculosis. También podrían necesitarse estas pruebas si se tiene una infección bacteriana o por hongos que no responde a los tratamientos convencionales.

Categorías de presentación de resultados

Estos exámenes no representan riesgo alguno para los pacientes ni requieren preparativos especiales y los resultados se presentan utilizando ciertas categorías, como:

  • Susceptible: Cuando el medicamento utilizado detuvo el crecimiento de la bacteria u hongo causante de la infección y de esta manera representa una buena opción de tratamiento.
  • Intermedio: El medicamento tal vez sea eficaz si se administra en una dosis más alta que la prescrita con anterioridad.
  • Resistente: Cuando se demuestra que el medicamento no detuvo el crecimiento de nuevas bacterias u hongos causantes de la infección ni tampoco los mató. En este caso, el tratamiento no da resultados positivos de modo que no representa una buena opción.

El problema fundamental con las infecciones se ocasiona cuando se hace un uso incorrecto o una mala selección de los antibióticos.

Ese mal uso y/o selección ha hecho que exista un aumento en la resistencia a los antibióticos. De modo que hay que asegurarse de utilizarlos de manera acertada.

Además hay que tomar todas las dosis tal y como aparezcan reseñadas en el récipe.

Los antibióticos solamente hay que consumirlos cuando existen infecciones bacterianas pues ellos no sirven para atacar los virus, como los de los resfriados y la gripe común.

La resistencia a los antibióticos

Como ya dijimos el uso incorrecto de los antibióticos genera inconvenientes. Puede provocar cambios en algunas bacterias o permitir que crezcan otras resistentes complicando aún más la salud de los pacientes. Estos cambios fortalecen a las bacterias, lo cual hace que la mayoría o todos los antibióticos dejen de funcionar contra ellas y no las aniquilen. Esto es lo que se denomina resistencia a los antibióticos. La bacteria resistente continúa creciendo y multiplicándose, haciendo a las infecciones mucho más difíciles de tratar y vencer.

Los antibióticos funcionan cuando matan las bacterias o impiden su crecimiento y multiplicación. La bacteria llamada resistente es aquella que continúa su crecimiento, aún con el uso de antibióticos. Este problema se ve con mayor frecuencia en los hospitales y asilos de ancianos, pues ellos representan una porción débil de la población. Es un segmento poblacional carente de salud y fácilmente atacable por microorganismos.

Para luchar por la salud colectiva se han creado nuevos antibióticos que funcionan en contra de algunas bacterias resistentes. Sin embargo, actualmente existen bacterias que ninguno de los antibióticos conocido puede matar. Las infecciones con esas bacterias son peligrosas. Debido a esto, la resistencia a los antibióticos se ha convertido en un gran problema de salud colectiva.

Problemas causados por la resistencia a los antibióticos

La resistencia a los antibióticos es un problema de salud pública porque ella causa muchos problemas, entre ellos:

  • La necesidad de producir antibióticos más fuertes que seguro conlleva efectos secundarios graves.
  • Traería como consecuencia también tratamientos largos, fuertes y por lo tanto, más costosos.
  • La propagación de enfermedades difíciles de tratar.
  • Mayor número de personas hospitalizadas y estadías prolongadas.
  • Una población con problemas de salud graves que conllevan a la muerte.

Desafortunadamente la resistencia a los antibióticos se puede diseminar de persona a persona o de animales a seres humanos.

¿Cómo se pueden propagar las bacterias resistentes a los antibióticos?

En las personas, se pueden propagar de:

  • Un paciente a otros o al personal de médicos y enfermeras.
  • Del personal de atención médica a otros empleados o a otros pacientes
  • De pacientes a otras personas que estén en contacto con él.  

Pero también las bacterias resistentes a los antibióticos se pueden propagar de animales a humanos a través de alimentos rociados con agua que contenga bacterias resistentes a los antibióticos de heces de animales¿Cómo evitar la propagación de la resistencia a los antibióticos?

¿Cuáles son las causas de la resistencia bacteriana?

La resistencia bacteriana puede generarse debido a múltiples causas:

– Cambios genéticos

Los agentes microbianos sufren modificaciones genéticas a lo largo del tiempo y evolucionan para volverse más fuertes. Este es un proceso natural y hace que este tipo de microorganismos desarrolle características que les permitan adaptarse y sobrevivir a los cambios del entorno.

– Uso indiscriminado de antibióticos en humanos

Un exceso en la prescripción de antibióticos o el uso inadecuado de los pacientes (toma de dosis excesivas, interrupción abrupta del tratamiento, etc.) contribuyen a que los agentes microbianos se vuelvan inmunes a la acción de los medicamentos.

– Uso indiscriminado de tratamientos antibióticos en los animales

El uso excesivo de antibióticos para estimular el crecimiento de animales o prevenir enfermedades puede generar resistencia bacteriana. Luego, estas bacterias superresistentes pueden entrar en contacto con humanos a través del consumo de productos alimenticios derivados de animales.

– Falta de higiene y control de infecciones

Tanto la falta de medidas de higiene personal como un inadecuado control de infecciones en los centros de salud puede favorecer el desarrollo de la resistencia bacteriana y una eventual propagación de enfermedades.

¿Cómo se puede prevenir la resistencia bacteriana?

La resistencia bacteriana es un fenómeno que puede tener consecuencias dramáticas en la salud pública en el largo plazo. Si los agentes microbianos se vuelven resistentes a los medicamentos muchas enfermedades infecciosas que ya estaban controladas e incluso erradicadas por los sistemas de salud podrían reaparecer y volverse mucho más contagiosas y peligrosas.

Por eso, aunque existen esfuerzos entre Estados y organizaciones internacionales para combatir la resistencia bacteriana, todos estamos en capacidad de contribuir para prevenir la expansión de este flagelo. Estas son algunas acciones que podemos poner en práctica:

  • Mantener una correcta higiene personal, lavarse las manos después de ir al baño, antes de preparar los alimentos, etc.
  • Utilizar antibióticos de forma adecuada, esto significa que sólo deben ser usados bajo receta médica, en las dosis y tiempos recomendados.
  • No utilizar antibióticos sobrantes para combatir otros síntomas o enfermedades.
  • Acudir al hospital  en caso de sospecha de una enfermedad infecciosa. El personal médico es el único capacitado para dar un diagnóstico y recetar el medicamento más adecuado.
  • Disminuir el uso de antibióticos en la agricultura y ganadería.

Fuentes: