La anemia por deficiencia de hierro es una afección común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente hierro para producir hemoglobina, una proteína esencial en los glóbulos rojos que transporta oxígeno por el cuerpo.
Si no se trata a tiempo, esta condición puede afectar el bienestar general y el funcionamiento adecuado de muchos sistemas del cuerpo. En este artículo, exploraremos los factores de riesgo más comunes que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar anemia por deficiencia de hierro, así como los principales síntomas que la acompañan.
1. Dieta baja en hierro
Una dieta deficiente en hierro es uno de los factores más directos para desarrollar anemia. Este mineral es esencial para la producción de hemoglobina, y su falta puede llevar a una reducción en la cantidad de oxígeno transportado por la sangre. Las personas que no consumen suficientes alimentos ricos en hierro, como carnes rojas, mariscos, legumbres y vegetales de hoja verde, corren un mayor riesgo. Las dietas vegetarianas o veganas estrictas también pueden aumentar el riesgo si no se compensan con fuentes adecuadas de hierro no hemo y vitamina C para mejorar su absorción.
2. Pérdida de sangre
La pérdida de sangre es otro factor crucial en el desarrollo de la anemia por deficiencia de hierro. Las mujeres que experimentan menstruaciones abundantes (menorragia) son particularmente susceptibles, ya que pierden hierro con cada ciclo. Además, la pérdida de sangre debido a úlceras, hemorroides, sangrado gastrointestinal o incluso donaciones frecuentes de sangre puede llevar a un agotamiento de las reservas de hierro.
3. Embarazo y lactancia
El embarazo es un periodo en el que las necesidades de hierro aumentan significativamente. Durante esta etapa, el cuerpo de la mujer debe producir más sangre para sustentar tanto a la madre como al feto, lo que incrementa la demanda de hierro. La falta de hierro en la dieta o la insuficiencia de suplementos puede llevar a la anemia, lo que puede afectar tanto a la madre como al bebé.
4. Trastornos de absorción del hierro
Algunas personas no pueden absorber el hierro correctamente, incluso si consumen cantidades suficientes. Condiciones como la enfermedad celíaca o la enfermedad inflamatoria intestinal pueden dañar el intestino y dificultar la absorción del hierro. Además, la cirugía gástrica o la resección del intestino también pueden alterar esta función .
5. Crecimiento rápido en niños y adolescentes
Durante la infancia y la adolescencia, el cuerpo experimenta un crecimiento acelerado, lo que requiere más hierro para mantener los niveles adecuados de hemoglobina. Los niños y adolescentes que no consumen suficiente hierro pueden desarrollar anemia. Esto puede afectar su desarrollo cognitivo y físico.
6. Enfermedades crónicas
Ciertas enfermedades crónicas, como la insuficiencia renal, pueden interferir con la producción de glóbulos rojos o el uso adecuado del hierro. Esto puede llevar a una deficiencia de hierro, incluso si la persona consume suficientes cantidades de este mineral.
Síntomas de la anemia por deficiencia de hierro
Los síntomas de la anemia por deficiencia de hierro pueden variar en gravedad, pero algunos de los más comunes incluyen:
- Fatiga extrema
- Debilidad general
- Piel pálida o amarillenta
- Dificultad para respirar
- Mareos o sensación de desmayo
- Dolores de cabeza
- Manos y pies fríos
- Latidos cardíacos irregulares o acelerados
- Uñas quebradizas o delgadas
- Ansias inusuales de sustancias no nutritivas como hielo o tierra (pica)
Estos síntomas suelen ser progresivos y empeoran con el tiempo si no se trata la condición. Es importante buscar atención médica si se presentan estos signos para identificar y tratar adecuadamente la deficiencia de hierro.
La anemia por deficiencia de hierro es un problema de salud común, pero prevenible. Mantener una dieta equilibrada rica en hierro, tratar la pérdida de sangre y estar atento a las necesidades específicas en etapas de la vida como el embarazo o la infancia son pasos clave para evitar esta condición. Reconocer los factores de riesgo y síntomas es fundamental para recibir tratamiento a tiempo y mejorar la calidad de vida. La suplementación adecuada durante las etapas de crecimiento, embarazo, lactancia y perdidas sanguíneas son fundamentales para mantener el funcionamiento y desarrollo celular de los tejidos propios y del feto. La primera línea de tratamiento de la deficiencia de hierro son los suplementos orales, existen diferentes presentaciones las cuales son bastante eficientes, sin embargo, se diferencian en el perfil de seguridad, evitando así los diferentes eventos adversos como dolor abdominal, estreñimiento, náuseas, dientes amarillos etc. Los suplementos de hierro con cubierta como el hierro polimaltosado entre otros son una excelente opción.
Fuentes:
- https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-06222004000200005
- https://www.nhlbi.nih.gov/es/salud/anemia/anemia-ferropenica#:~:text=La%20anemia%20por%20deficiencia%20de%20hierro%20no%20diagnosticada%20o%20no,el%20desarrollo%20de%20los%20ni%C3%B1os
- https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/anaemia
- https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/iron-deficiency-anemia/symptoms-causes/syc-20355034