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Dieta Dash para pacientes con hipertensión

La presión arterial alta (hipertensión o HTA, como también se le describe científicamente) es una afección frecuente en la que la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias, con el transcurso del tiempo es lo suficientemente alta como para poder causar problemas de salud tan severos como una enfermedad cardíaca.

Está determinada tanto por la cantidad de sangre que el corazón bombea como por el grado de resistencia al flujo de la sangre en las arterias. Cuanta más sangre el corazón bombee y cuanto más estrechas estén las arterias, mayor será la presión arterial.

La lectura de la presión arterial se determina en milímetros de mercurio (mm Hg). Tiene dos valores:

  • Valor superior (presión sistólica). Mide la presión en las arterias cuando el corazón late.
  • Valor inferior (presión diastólica). Mide la presión en las arterias entre los latidos.

Se puede tener presión arterial alta durante años sin presentar ningún síntoma, lo cual no deja de ser un problema, pues la hipertensión no controlada aumenta el riesgo de padecer un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. Afortunadamente, una vez que se detecta, se puede controlar siguiendo las instrucciones de un médico especializado.

La presión arterial de un adulto es normal si está por debajo de los 120/80 mm Hg. En cambio, si mide entre 120 y 129, y su presión diastólica es de menos de 80, entonces se tiene una presión arterial elevada. La HTA es el factor de riesgo cardiovascular más frecuente. Cuando es superior a los 180/120 mm Hg es una situación de emergencia que requiere atención médica de urgencia.

Es vital una buena nutrición

Hay cifras que son elocuentes. Alrededor del 45 por ciento de los adultos en Estados Unidos, por ejemplo, tienen la presión arterial alta, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de ese país (CDC, por sus siglas en inglés). Pero sufrir de hipertensión no significa necesariamente que se deban eliminar alimentos específicos de la dieta. En lugar de eliminarlos, quienes la padecen deben centrarse en la moderación y en encontrarles sustitutos saludables.

En el portal medicalnewstoday.com se mencionan 50 alimentos y bebidas que podrían contribuir a la hipertensión arterial. Se distribuyen de acuerdo a las siguientes categorías:

Alimentos salados

 El sodio puede elevar la presión arterial. Los alimentos procesados suelen contener cantidades excesivas, mayores a los 2,300 miligramos de sal requeridos diariamente. En este grupo se encuentran: bollería y panes, pizza, sándwiches, embutidos y carnes curadas, sopa enlatada, tacos y burritos.

Alimentos dulces

Propician el riesgo del sobrepeso involuntario. Pueden aumentar la presión arterial, incluso más que la sal, especialmente los que contienen jarabe de maíz de alta fructosa, como: postres procesados, comidas precocidas, galletas saladas, barras de granola u otras barras nutricionales, así como la mantequilla de maní.

Carne roja

El proceso de metabolización de la carne roja en el organismo puede liberar compuestos que elevan aún más la presión arterial. Ejemplos: carne de res, cordero, carne de puerco, ternera, venado y cabra. Es necesario limitarlas al máximo.

Bebidas endulzadas

Aunque tomar una bebida azucarada de vez en cuando puede estar bien, tomar muchas aumenta la presión sanguínea. En este grupo se incluyen las bebidas con cafeína o jarabe de maíz de alta fructosa, entre ellos algunos refrescos y jugos de frutas.

Alcohol

Según la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), el consumo excesivo de bebidas alcohólicas es un factor de riesgo. Pueden provocar aumento de peso involuntario o sustituir opciones de comida más saludables. Se aconseja que los hombres limiten el alcohol a no más de dos bebidas al día, y las mujeres a no más de una.

Grasas saturadas

No más del 5 al 6 por ciento de las calorías diarias deben proceder de las grasas saturadas, que pueden estar presentes en los dulces y los productos horneados.

Algunos ejemplos: postres como chocolate, caramelo, pasteles, pudines, galletas y tartas; carne procesada, incluyendo salchichas, hamburguesas, tocino y kebabs; grasas para cocinar, como mantequilla, manteca de cerdo, mantequilla clarificada, la grasa que sueltan las carnes, la margarina, la grasa de ganso y el sebo. Igualmente, los aceites, incluidos el de coco, el de palma y la crema; figuran asimismo los productos de leche entera, como nata, crema fresca y queso madurado.

Alimentos procesados y preenvasados

Pueden parecer saludables, pero es aconsejable evitarlos en la medida de lo posible y elegir solo aquellos que tengan un contenido de sodio relativamente bajo.

Condimentos

No se trata de evitar todos los condimentos. Sin embargo, es importante comprobar la etiqueta, ya que algunos pueden contener altas cantidades de azúcar o sodio. También es primordial no confiar en el sabor, ya que incluso los que no saben a sal pueden tener un alto contenido de sodio. Algunos ejemplos: kétchup, salsa de chili, salsa de soya, aderezos para ensalada y cafeína

Quienes intentan limitar su consumo, pueden optar por beber menos café regular o sustituirlo por descafeinado. En cuanto a los que tienen un historial de presión arterial peligrosamente alta, deben ponerse en contacto con su médico para hablar sobre cómo disminuir o eliminar su consumo de cafeína.

Alimentos saludables: la Dieta Dash

Un buen sistema para la alimentación adecuada y balanceada de los hipertensos es la llamada Dieta Dash, baja en sal y alta en frutas, vegetales, granos integrales, lácteos bajos en grasas y proteínas magras. Su nombre alude a las siglas en inglés de Enfoques Alimentarios para Detener la Hipertensión (Dietary Approaches to Stop Hypertension). Se creó originalmente para ayudar a reducir la presión arterial alta, aunque también es una manera saludable de perder peso.

Enfatiza en los alimentos ricos en calcio, potasio, magnesio y fibra, que al combinarse, ayudan a disminuir la presión arterial. Para seguirla, hay que consumir una amplia cantidad de vegetales y frutas sin almidón, porciones moderadas de lácteos sin grasa o con un bajo contenido, granos integrales, carnes magras, aves, frijoles, alimentos de soya, legumbres, huevos y sustitutos de huevo, pescado, nueces y semillas, grasas saludables como aceite de oliva, aceite de canola y aguacate.

Sugiere igualmente reducir el consumo de caramelos, bebidas azucaradas, alimentos con alto contenido de grasas saturadas y alcohol.

El médico especialista o un nutricionista autorizado, puede ayudar a determinar la cantidad de calorías necesarias, según cada caso, de acuerdo a la   edad, sexo, nivel de actividad, afecciones médicas o si se está tratando o no de bajar o mantener el peso.

La Dieta Dash recomienda 30 minutos de ejercicios al día. Lo importante es tener un total de al menos 2 horas y 30 minutos por semana, a un nivel de intensidad moderada. Seguir este plan de alimentación puede ayudar a reducir la presión arterial alta, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, prevenir o controlar la diabetes tipo 2, mejorar los niveles de colesterol y reducir las probabilidades de cálculos renales.

El Instituto Nacional del Corazón, la Sangre y los Pulmones (National Heart, Blood, and Lung Institute) de los Estados Unidos ayudó a desarrollar esta dieta, con el aval de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association).

Hipertensión en hombres y mujeres

La presión arterial es más baja en la mujer que en el hombre hasta que llega la menopausia; a partir de allí, las cifras tienden a subir y supera a las del hombre de la misma edad.

El tratamiento anti hipertensivo es eficaz tanto en hombres como en mujeres, sin que se hayan descrito diferencias claras en la reducción de las complicaciones cardiovasculares en función del sexo. Las recomendaciones terapéuticas son similares para ambos sexos, excepto para las mujeres con posibilidad de quedarse embarazadas o las que ya lo estén, debido al posible riesgo para el feto.

Diabetes e hipertensión

Una misma persona puede sufrir de diabetes e hipertensión a la vez. Ambas enfermedades pueden coexistir juntas, y en ellas la alimentación juega un papel crucial, aunque no sustituye al tratamiento médico. Es solo su complemento indispensable. Las dietas para ambas enfermedades deben incluir una baja ingesta de sodio, grasas y carbohidratos como reglas básicas. Una persona con estas características tiene mayor riesgo de sufrir de enfermedades cardiovasculares y es más vulnerable a las infecciones y sus complicaciones, a veces con un desenlace fatal.

Los alimentos con carbohidratos llevan al aumento de la glucosa en sangre, por lo que quienes utilizan insulina antes de las comidas pueden ingerir una cantidad adecuada de carbohidratos para conseguir que esos niveles de glucosa estén cerca de lo normal durante una mayor cantidad de horas. Es siempre mejor elegir carbohidratos complejos, pues tienen otros beneficios para la salud, como fibra para el control de las glicemias y granos enteros para la salud del corazón. En estos pacientes resulta muy conveniente la Dieta Dash. 

Una persona que sufre hipertensión y diabetes puede tener a veces pocas ideas sobre qué alimentos consumir. La lista de los más recomendados incluye ajo, cebolla, lechuga, col, rábanos, nabos, mostaza, zanahoria, frutas de temporada, salvado de trigo, granos enteros, trigo integral y abundante agua.

Además de una dieta saludable, es necesario realizar también ejercicios, ya que ayuda a controlar el azúcar en sangre y reducir el sobrepeso. Pueden ser 30 minutos de ejercicio cinco veces a la semana. Estos son solo algunos consejos básicos de una dieta para diabéticos e hipertensos. Sin embargo, es esencial consultar al médico acerca de las medidas a tomar en caso de tener diabetes o hipertensión, o ambas enfermedades a la vez, incluidos los medicamentos apropiados.