Si algo es reconocido en el ámbito de la pediatría, son los beneficios que proporciona el zinc en los niños. Entre otras cosas, este micronutriente resulta muy eficaz en el incremento del peso y la talla de los infantes con bajo peso al nacer, actuando positivamente en el posterior desarrollo motor del lactante.
Una escasez de zinc, por ejemplo, debilita la inmunidad, lo cual conduciría a desarrollar más infecciones de las usuales. Las heridas menores pueden tardar más en sanar también, por lo que se hace necesario, para contrarrestar estos perniciosos efectos, reabastecer el cuerpo por medio de la dieta, así como de los suplementos de este prodigioso mineral.
Múltiples y sanadores efectos
La respuesta a la pregunta de qué es y para qué sirve el zinc, podría remitirnos a explicar lo esencial que resulta para la regeneración de los tejidos celulares y para la síntesis del ADN. Su aporte adecuado es importante para garantizar el crecimiento y desarrollo correcto en la infancia -y durante el embarazo-, así como para sustituir las células viejas por otras.
Además, el zinc forma parte activa de algunas de las enzimas que intervienen en el metabolismo de las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono. También está involucrado en la producción de hormonas como la testosterona, contribuye a mantener la salud de la piel, el pelo y las uñas y, sobre todo, utilizado adecuadamente, es clave para fortalecer las defensas del sistema inmunitario. De hecho, en el tratamiento de los resfriados se utilizan suplementos de zinc.
Como suele ocurrir con otros minerales y nutrientes, los efectos que el zinc tiene sobre el cuerpo dependerán en gran medida de su cantidad. Es por eso que puede producir algunos problemas de salud, tanto por exceso como por escasez. Esto es válido no solamente para niños, sino en todas las edades.
Consecuencias de la falta de zinc
La deficiencia de este micronutriente, como ya dijimos, ocasiona retraso en el crecimiento infantil, mayor susceptibilidad a infecciones, anorexia con la consiguiente pérdida de peso, reducción de la visión nocturna, la curación de heridas es más lenta, se da una pérdida regresiva de los sentidos del sabor y del olfato y pueden producirse lesiones cutáneas, como piel escamosa y manchas blancas en las uñas.
Por otro lado, los niveles bajos de zinc igualmente se asocian con las concentraciones reducidas de testosterona y con el hipogonadismo (testículos encogidos en los hombres), según un estudio publicado en la revista Nutrition.
Una dieta equilibrada suele cubrir los requerimientos de todos los nutrientes necesarios, pero en casos de alcoholismo, enfermedades digestivas o de seguir una alimentación muy monótona y baja en calorías, podría presentarse una deficiencia de este mineral. En estos casos, es importante buscar asesoramiento médico y valorar la utilidad de tomar algún suplemento de este mineral.
El exceso tampoco es bueno
Hay que decir que a través de la dieta no se dan problemas de exceso de este mineral, pero cuando se toman suplementos sí que pueden ocurrir. Tomar dosis elevadas de zinc de forma regular (más de 150 miligramos al día) puede llevar a una deficiencia de cobre, la alteración de los niveles de hierro y un debilitamiento del sistema inmune.
Otros síntomas que también podrían darse son: presión arterial baja, convulsiones, dolor en las articulaciones y sabor metálico en la boca. Por otra parte, tomar de forma accidental una dosis de más de 200 miligramos ocasiona náuseas y vómitos.
Alimentos que lo contienen
Entre los alimentos que contienen zinc figuran la yema de huevo y carnes como el pescado, los mariscos (sobre todo las ostras), cordero, sardina, hígado, aves y cordero. Leche, levadura de cerveza, algas, legumbres, setas, nueces, lecitina de soya y cereales integrales también lo contienen.
Pero hay que saber que su absorción es limitada y depende de las reservas que tenga el organismo. El que procede de alimentos de origen animal se aprovecha mejor que el de los vegetales.
Además, las proteínas y la vitamina C favorecen su absorción. En cambio, el ácido oxálico y el ácido fítico la disminuyen. También la dificultan el exceso de cobre, calcio y fósforo.
En cuanto a la dosis diaria recomendada, lo usual son de 7 a 8 miligramos diarios para las mujeres y entre 9 y 11 miligramos al día para los hombres.
Importante para el crecimiento
Volviendo a los buenos efectos del zinc en la infancia, estamos ante un mineral esencial para el organismo del niño, ya que es necesario para el funcionamiento apropiado de varios sistemas en el cuerpo, en especial para desarrollar un sistema inmune fuerte, capaz de ofrecer resistencia a diversas infecciones. También para una piel sana.
Ahora bien, los beneficios del zinc en los pequeños se ven reflejados para que tengan un normal desarrollo, tanto físico como cognitivo. Esto se debe a que este mineral desempeña un papel fundamental en procesos biológicos como el crecimiento y el metabolismo celular. Todo esto se traduce en que, durante la niñez, el cuerpo necesita zinc, no sólo para crecer, sino también para desarrollarse adecuadamente.
Contra la desnutrición
Existen estudios que han demostrado que la suplementación en niños con deficiencia de zinc favorece el tratamiento contra la desnutrición, ya que se logra ganancia de peso e incremento en talla, mejorando así episodios de diarreas y neumonías, así como el desarrollo psicomotor.
Casi todos los suplementos multivitamínicos contienen zinc. Este mineral se expende en suplementos, solo o combinado con calcio, magnesio, vitamina D y otros ingredientes. Un complejo multivitamínico con zinc proporciona los requerimientos diarios de este mineral.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recomiendan que los niños con diarrea deben ingerir zinc por un período de entre 10 y 14 días. Sugieren 20 mg por día. En caso de bebés menores de 6 meses, la dosis debe ser la mitad; es decir, 10 mg.
Tipos de suplementos dietéticos con zinc
El zinc se halla presente también en algunos productos no recetados de ingestión oral, entre ellos los etiquetados como medicamentos homeopáticos para resfriados. La utilización de los aerosoles y geles nasales que contienen zinc se encuentra asociada con la pérdida del sentido del olfato, en ocasiones con efecto prolongado o permanente. En la actualidad, este problema no se asocia con productos de zinc de ingesta oral como las pastillas de zinc para los resfriados.
Algunas pastas adhesivas para dentaduras postizas también contienen zinc. El uso de estos productos en cantidades mayores al nivel recomendado podría causar niveles excesivos de zinc e insuficiencia de cobre. Este incremento puede ocasionar problemas neurológicos, que incluyen entumecimiento y debilidad en los brazos y las piernas.
Dificultades en la absorción de zinc
La mayoría de las personas obtienen suficiente zinc de los alimentos que consumen. Sin embargo, ciertos grupos son más propensos que otros a tener dificultades para obtener suficientes cantidades de este micronutriente, a saber:
Las personas que se han hecho cirugía gastrointestinal, por ejemplo, para perder peso, o las que sufren trastornos digestivos, como colitis ulcerativa o la enfermedad de Crohn. Estas enfermedades pueden reducir la cantidad de zinc que absorbe el cuerpo e incrementar su pérdida en la orina.
Los vegetarianos, porque no consumen carne, que es una buena fuente de zinc. Además, los frijoles y los cereales que suelen comer poseen ingredientes que impiden que el cuerpo absorba el zinc de forma completa. Por este motivo, los vegetarianos deberían consumir un 50% más de zinc que las cantidades recomendadas.
Los bebés mayores de 6 meses de edad que toman leche materna, porque la cantidad de zinc que reciben de esta leche no es suficiente para su edad. Los bebés mayores que no consumen leche artificial (fórmula) deben comer alimentos con zinc, como los purés de carne. Los bebés que toman leche artificial reciben suficiente zinc de las fórmulas para bebés.
Las personas alcohólicas, porque las bebidas con alcohol reducen la cantidad de zinc que absorbe el cuerpo e incrementan su pérdida en la orina. Además, los alcohólicos consumen poca cantidad y variedad de alimentos, por lo que tal vez no obtengan suficiente zinc.
Las personas con anemia drepanocítica (un tipo de trastorno hereditario de los glóbulos rojos), porque podrían requerir más zinc del que habitualmente se necesita.
Estimular conductas sanas
Satisfacer el hambre, desarrollar conductas sanas y conocer los gustos de nuestros hijos, son fundamentales para calmar la necesidad diaria de alimentarnos. No debemos vivir con tensión el hecho puntual de que no quieran comer o aborrezcan temporalmente un alimento.
Debemos mirar con perspectiva de que nuestros hijos se desarrollan correctamente y progresivamente adquirirá hábitos correctos para satisfacer sus necesidades particulares.