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El hierro es de suma importancia en la niñez

El hierro es un nutriente fundamental para el cerebro y sus funciones, además de la mielinización de los nervios y la formación de neurotransmisores. Es crucial en los primeros mil días de vida y su deficiencia puede incrementar susceptibilidad a infecciones o alteración del desarrollo neurofisiológico.

De manera tal que, el que hierro es importante para los niños, debido a que es un mineral necesario para su crecimiento y desarrollo. En ese sentido, ayudará a transportar el oxígeno desde sus pulmones al resto de su cuerpo.

Ahora bien, si en su alimentación carece de este mineral, puede desarrollar una condición llamada deficiencia de hierro, y si esto ocurre, se puede generar una de las enfermedades prevenibles más extendidas en el mundo: la anemia ferropénica, que implica alteraciones en el desarrollo psicomotor, cognitivo y motor. Alteraciones que impactarán en el desempeño de los niños en su vida futura.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que más de dos mil millones de personas en el mundo la padecen. Por eso, la mejor manera de prevención es la alimentación, en la que se encuentran micronutrientes, no sólo como el hierro, sino el zinc, calcio y vitamina A.

Actualmente, la anemia por deficiencia de hierro, es el trastorno nutricional más común en todo el mundo, situación que afecta a un 25 o 30% de la población global, principalmente en los países en desarrollo.

Los glóbulos rojos transportan el oxígeno a los tejidos del cuerpo, proporcionando energía y dándole a la piel un color saludable. Si no se trata la deficiencia de hierro en los niños puede causar retrasos físicos y mentales en áreas tales como caminar y hablar.

Síntomas de la deficiencia de hierros en niños

Existen varios síntomas que un niño está teniendo deficiencia en hierro. Estos no son típicos únicamente y exclusivamente de la anemia, pero si orientan de que ese niño puede ser anémico.

Por ejemplo, la palidez; que tenga inapetencia, es decir, que no tenga ganas de comer; que le cueste subir de peso o talla. Si le cuesta concentrarse o que son muy hiperactivos; que se cansan fácilmente; que tienen mal desempeño escolar.

Otros de los síntomas es que puede presentar mucha irritabilidad, pataletas o problemas de conducta. También piel pálida, respiración anormal y fatiga.

Estos son varios de los síntomas que orientan a que puede llegar a ser de causa anémica, pero definitivamente, puede haber otras enfermedades que los estén causando.

¿Cómo se diagnostica la deficiencia de hierros en niños?

Es muy importante, siempre que el niño presente síntomas, debe ser llevado a consulta con su pediatra para que éste lo evalúe. Y es que la deficiencia de hierro y la anemia ferropénica suelen ser diagnosticados mediante pruebas de sangre.  

Algunos médicos recomiendan que todos los bebés sean examinados para la anemia por deficiencia de hierro entre los 9 y 12 meses, y a los 6 meses posteriores. Mientras que otros lo recomiendan sólo a los niños de 6 a 12 meses que tienen un mayor riesgo de desarrollar anemia por deficiencia de hierro.

Dependiendo de las circunstancias y los posibles resultados de la prueba, el médico puede recomendar un suplemento de hierro oral o un multivitamínico diario.

¿Por qué el hierro es un nutriente clave para los niños?

Los primeros mil días de vida del niño son cruciales para su desarrollo. Y dentro de esa crucialidad, un órgano importante es el cerebro. Se forman las neuronas, que empiezan a tener unas ramificaciones para unirse neurona con neurona. También para conducir todos los impulsos nerviosos, para producir sustancias que se llaman médicamente neurotransmisores, que son los que trasmiten, obviamente, el impulso.

Aparte, hay muchas áreas importantes en el cerebro: la del lenguaje, la memoria, la motora, el de la visión, el de la inteligencia, lectoescritura, matemáticas. Todo eso se está formando en los primeros años de vida.

Se dice que a los 2 años de edad se alcanza el 70 u 80% del volumen del cerebro que vamos a tener de adulto. Todas esas ramificaciones que tenemos de adulto, al 100%, se alcanzan en los 2 primeros años de vida. Y todo depende del hierro.

Entonces, quizás se pregunte, ¿impacta negativamente si hay anemia en todas esas áreas? Pues sí, puede tener impacto negativo. Por ejemplo, en el desempeño escolar más adelante. Son niños que también tendrán algunas alteraciones del apetito y del sueño. Y por supuesto, si siguen anémicos en otras etapas, impacta igualmente la salud del adulto y pueden llegar a tener cansancio y menor desempeño físico y mental.

Las cantidades de mineral que necesita un niño

Existe una guía de las cantidades diarias de hierro que necesitan bebés y niños, según su edad. Igualmente, siempre será fundamental que sea su médico el que lo determine.

Por ejemplo, los recién nacidos tienen este nutriente almacenado en el cuerpo, cuyo suministro tiene una duración de 4 a 6 meses. Sin embargo, necesitar tener una cantidad adicional, para que pueda impulsar no sólo su crecimiento, sino también su desarrollo.

Las cantidades recomendadas al día de hierro (en miligramos) son:

  • 7 a 12 meses – 11 mg
  • 1 a 3 años – 7 mg
  • 4 a 8 años – 10 mg
  • 9 a 13 años – 8 mg
  • 14 a 18 años, niñas – 15 mg
  • 14 a 18 años, niños – 11 mg

Los factores de riesgo

  • Los bebés y los niños con mayor riesgo de deficiencia de hierro son los que nacen antes de tiempo, más de tres semanas antes de su fecha de nacimiento o tienen un bajo peso al nacer.
  • Los que toman leche de vaca antes de 1 año de edad.
  • Los niños alimentados con leche materna que no reciben alimentos complementarios que contengan hierro después de los 6 meses de edad.
  • Los bebés que toman fórmula no fortificada con hierro.
  • Los niños de 1 a 5 que beben más de 24 onzas de leche de vaca, leche de cabra o leche de soya al día.
  • Los niños que tienen ciertas condiciones de salud, como infecciones crónicas o dietas restringidas.
  • Las adolescentes también tienen un mayor riesgo de deficiencia de hierro debido a que sus cuerpos pierden hierro durante la menstruación.

La alimentación es fundamental

Apenas nace el niño, la primera hora, lactancia materna. Hasta que el bebé cumpla 1 año se recomienda la lactancia. La leche materna, si bien tiene concentraciones bajas de hierro, se absorbe mucho.

Si la lactancia materna no es posible, use fórmula fortificada con hierro. Pero, se estima que los niños pueden utilizar más del 50% del hierro en la leche materna, en comparación con menos del 12% de hierro en la fórmula infantil. 

La leche de vaca no es una buena fuente de hierro para los bebés y no se recomienda para niños menores de 1 año de edad. Por un lado, la cantidad de hierro es muy baja, y los bebés la absorben muy mal. De hecho, la alimentación con este tipo de leche en los lactantes podría resultar en una hemorragia gastrointestinal.

Por otra parte, la Academia Americana de Pediatría recomienda que los bebés sean alimentados exclusivamente con leche materna durante los primeros 6 meses de vida. Luego de este tiempo, la leche materna se debe acompañar con alimentos complementarios. Los que tienen más hierro, definitivamente son las carnes, que se absorben fácilmente.

Los vegetales, por ejemplo, brócoli, acelgas, espinacas. O las leguminosas (los granos) tienen hierro, se absorbe, pero tiene dificultades, porque a veces se bloquea la absorción con algunos alimentos: hay que mejorar la absorción acompañándolos con alimentos que tengan vitamina C. En ese caso, puede ser melón, fresas, albaricoque, kiwi, brócoli, tomates, papas.

Muy a pesar de que muchas personas piensan en la remolacha, es más un mito que otra cosa, ya que su concentración de hierro no es importante.

Hoy en día, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Academia Americana de Pediatría, entre otras instituciones, promueven que los dos alimentos ideales para iniciar los alimentos complementarios a los seis meses son: carnes en puré y cereales infantiles.

En relación con los suplementos de hierro por vía oral, lo más recomendable es consultarlo con el médico del bebé.